Uno de los elementos clave, que están cobrado importancia en la pedagogÃa actual, es la interacción educativa, en la que participan todos los agentes, protagonistas del desarrollo didáctico. Se habla de ella en términos de comunicación socioemocional, lo que en cierto modo, le confiere carácter y sentido a esta relación. Lo que ocurre que, si se lleva a efecto basándose únicamente en la comunicación escrita, reduce el carácter emocional a la calidad expresiva del escritor, o a su voluntad por hacerlo de ese modo.
La mayor parte de las interacciones que tienen lugar hoy dÃa, en la enseñanza a distancia (EaD), suceden de este modo. Sobre todo, las que tienen origen en el estudiante. Éste, no siempre cuenta con los medios ni con los recursos o la formación necesarias. Pero en la otra parte, desde la perspectiva docente, quizás estos medios técnicos parecen ir enriqueciéndose, cada vez más, incluso en este sentido, para apoyar el mensaje con la transmisión sonora y visual del que emite, y se expresa. De este modo ya existen muchas de las clases que dictamos o impartimos a través de la red, y qué frialdad transmiten cuando son remitidas a documentos en formato texto, páginas web, publicaciones impresas, etc. Por eso propongo, pido, solicito, a quienes interese, a quienes gocen de entidad y protagonismo en la EaD, a quienes cada dÃa, bajo esta modalidad, enseñan, trabajan, profesionalizan la educación, que tomen en consideración mi sugerencia de aportar ese matiz emocional a la relación formativa (que también es social). Y lo simbolizo en la expresión que titula este artÃculo: «quiero verte la cara», «porque quiero captar tus emociones, sentimientos, ilusiones, empeños,… Y también los matices que eres capaz de transmitirme cuando me hablas y me enseñas». Quiero que tu clase, ya sea en directo o grabada, tenga «vida», o emoción.
Existen, como digo, medios y recursos que en el contexto de la educación a distancia pretenden, o persiguen, esa personalización de la interacción. Un ejemplo puede ser la ilustración de los foros con la imagen, fija, de quien se está expresando por ese medio. Pero no es suficiente. Hoy en dÃa, la tecnologÃa educativa también nos brinda medios con los que asegurar que dicha relación goce de carácter dinámico: la videoconferencia, una vÃdeoclase, chats de imagen, comunicación multicanal,… y otros muchos más. Una sencilla webcam y un micrófono, conectados a un ordenador con el software correspondiente, nos lo soluciona. A veces una simple cámara (hoy dÃa hasta las fotográficas son grabadoras de vÃdeo), la tableta, o incluso el teléfono móvil, permiten poner en la red, en cualquier foro, nuestra palabra, acompañando la correspondiente imagen. Y hacerlo no resulta nada complejo. Modelos sobran, afortunadamente. El marco social que tiene quien dirige la Cátedra Unesco de EaD, a quien se destina este texto, es uno de ellos; pero abundan.
Reivindico pues, mi deseo de verte la cara, o de veros; aunque haga la reivindicación asÃ, por escrito, no renuncio a ella. Porque una imagen vale más que mil palabras. No obstante, prometo hacer el próximo llamamiento, o la siguiente reivindicación, enseñándote, enseñando, mi rostro, aunque no sea ningún dechado de virtudes. Lo haré por coherencia, y porque podáis captar mejor, la vehemencia que ahora estoy poniendo en este manifiesto.
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(Post publicado en el Blog de la Cátedra Unesco de Educación a Distancia (CUED), el dÃa 23 de junio de 2012: http://blogcued.blogspot.com.es/)