Archive for noviembre, 2016

Connecting people…

Leía hace ya una década, el blog de un reputado gurú de la comunicación, que se lamentaba del derroche de talento que estaba sufriendo nuestro país. Para sensibilizar mejor al lector con su idea, jugaba con las siglas que una conocida marca de automóviles, había popularizado a mediados de los noventa: JASP. Significaba «Jóvenes, Aunque Sobradamente Preparados», y destacaba la buena preparación que atesoraba nuestra juventud en los estertores del siglo XX, demostrando una muy buena preparación, que de algún modo nos tranquilizaba ante la incertidumbre que entonces parecía deparar el nuevo siglo que se avecinaba. El caso es que nuestro ilustre bloguero, quince años después, parecía lamentarse de no haber sabido aprovechar esa circunstancia, pues habíamos convertido esa generación tan sobrada de todo, en unos jóvenes que él llamaba «Extranjeros Sobradamente Preparados». De este modo, con sólo cambiar la vocal, la siglas eran parecidas (JESP) e introducían perfectamente la idea de transformación que tan negativamente valoraba el artículo en cuestión, ante el éxodo que estaba caracterizando la generación que con tanto esmero habíamos ido formando. Se estaban tirando por la borda, los mejores recursos de nuestra generación, se lamentaba.

Yo, ni qu376302_122644_1ito ni doy la razón, porque de todo hay. Ambos momentos tuvieron su «cosa», pues es bien cierto que la llamada generación de la transición gozó de unas buenas condiciones para su formación, que luego, queriéndolos mejorar a base de «Erasmus», lo que se consiguió fue enseñarles una vía de escape que tomaron nada más percibir la mínima zozobra. Lógico, lo tenían todo, por lo que no había más que lanzarse a la aventura. Y si algo les caracteriza, es precisamente, la necesidad de experimentar. En algunos casos, quizás demasiado, por eso acabaron volviendo. Los más aguerridos, ni hablar del peluquín. Llevaban recursos para sobrevivir e integrarse como es debido.

Hoy, nuestra juventud, ya se equipara a la de cualquier lugar del mundo. Pasan desapercibidos en la muchedumbre. Son como todos y disfrutan siéndolo. En este sentido, ha de permitírseme lamentar esta caracterización de los jóvenes de hoy. Aquí, en Helsinki, Londres, Alaska o Seúl, en Las Hurdes, como en la Patagonia, los jóvenes, todos los jóvenes, están sobradamente «conectados». Parangonando a nuestro colega del bolg, les etiquetaríamos como JAPC. Así, manteniendo la vocal, pues el carácter de extranjería la globalización se lo ha cargado y todos ahora ya están cortados por el mismo rasero. Y cambiando la última consonante: la preparación, como el honor en el ejército, a los jóvenes se les supone, de modo que lo que les caracteriza, en esta pequeña escala que estamos determinando en la evolución humana, es su peculiaridad de estar permanentemente conectados. De modo que si en los noventa, los jóvenes estaban sobradamente preparados (JASP) y en la primera década del siglo se transformaron en jóvenes extranjeros, igual de preparados (JESP), ahora ya lucen con sonrisa profidén el título de «Jóvenes autómatas permanentemente conectados» (JAPC). Porque lo son; no lo parecen, lo son. Unos perfectos autómatas. Aunque están, siempre se les espera, característica de su automatismo, que nos obliga a mantener conversaciones que provocan la sensación de ir siempre «en paralelo» (de otra conversación, u otras que ellos son capaces de mantener simultáneamente) y, obviamente, siempre en un contexto determinado por la red de redes. Esa cada vez más tupida red, que nos envuelve. No podemos negar la preparación que demuestran cuando mantienen en el propio espacio vital, un móvil, la tablet, el portátil,… todos con espacios, sesiones, temas y comunicaciones totalmente dispares entre sí. Y todas unidas a un mismo foco central de procesamiento. De este modo, es lógico que resulten auténticos autómatas; también autistas, porque parecen llevar su vida, aislados del entorno, en su mundo. No cuesta entenderlo porque es consecuencia de su conexión multibanda. Vayan ustedes con cuidado; pues si los desconectan, el problema se multiplica. Saltan chispas Yo les aconsejo no hacerlo y abordarlos en ese estado natural. Ahora, los jóvenes son así.

cpTomen buena nota de lo dicho, seguro que tienen alguno cerca. Levanten ustedes la mirada y alcanzarán a ver, alguno de estos sujetos JAPC (Jóvenes autómatas permanentemente conectados). Insistan ustedes, e intenten encontrar un hub, un punto débil en su sistema de protección por el que poder acceder al sistema central de comunicación; a su mente. No es fácil, pero insistiendo se consigue. No desconecta los otros enlaces, pero te permite un hilo de comunicación que, debidamente aprovechado, permite enlazar, hablar con él y quizás, hasta llegar a entenderse.